EL VIENTO SOPLA DE DONDE QUIERE, Y OYES SU SONIDO;MAS NI SABES DE DONDE VIENE Y A DÓNDE VA; ASÍ ES TODO AQUEL QUE ES NACIDO DE LAS AGUAS Y DEL ESPÍRITU.
JUAN cap: 3/8
“No se adapten mas a la forma del mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de la mente.” Romanos 12:2
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viernes, 16 de diciembre de 2011

EL PENSAMIENTO SOLAR TRANSMITE


                    EL PENSAMIENTO SOLAR  O ESPIRITU SANTO
                                                 TRANSMITE


Mensaje recibido  a las  16-30 del día viernes 16 de diciembre del 2012

En todos los tiempos, grandes profetas pasaron por la tierra, que aún a costa de perder sus vidas han señalado el camino que debía seguir la raza humana.
Estos profetas siempre fueron respetuosos de las idiosincrasias de todos los pueblos, de cada lugar o de cada región en su afán de lograr la ansiada perfección.
Jesús en el occidente y Buda en el oriente, Mahoma, Confucio y muchas otras expresiones de mi energía han perpetuado estas señales en sus respectivos pueblos.
Estas señales son las que indican el camino a seguir cuando se quiere llegar a mí.
Mi predica a través de estos Maestros se fundaron en el respeto a las leyes universales para que se pueda vibrar dentro de la armonía de las divinidades cósmicas de acuerdo a sus propias  vibraciones.
Sepan que Yo, he venido infinidad de veces  a través de los Profetas, Ángeles o mensajeros, pero mi presencia parecía vana porque nadie me entendió y más aún, se tomaron como meta, la persecución sin compasión de los cuerpos que me sustentaban en la tierra de ayer. Hoy es igual, pareciera ser que la regla es la misma; el pasado se sigue haciendo presente con vuestra poca humilde manera de querer comprender mi verdad. 
Mandé a Cristo para que les de este mensaje con la intención de ablandar algunos de los duros corazones de los humanos, pero he comprobado que nada ha ocurrido en ese sentido.
Si, yo soy  el alfa y la omega,  mande a cristo “el maestro” mi hijo a vuestro plano dimensional, porque mis operadores que están esparcidos en los cuatro puntos cardinales de vuestro planeta tierra, os están entregando las últimas revelaciones del nuevo evangelio, que nos es otra cosa que lo mismo de ayer pero más enriquecido como siempre, por el respeto y amor que os tengo dentro de vuestro nivel evolutivo actual.

Todos vosotros decid seguir a Cristo, pero la respuesta es obvia con resultado casi nulo.                                       
La intención de Cristo es que cuando lean devuelta este mensaje, que él; lo dio a través de Jesús, en  aquel memorable sermón del monte con el fin de unificar a todos los que dicen seguirlo. Para nuclearlos en torno del contenido de este mensaje esclarecedor que muestra crudamente las dificultades que ofrece el camino del crecimiento espiritual.

Yo mismo, a través del cuerpo de  Jesús, les perdoné sus pecados a todos los que creían en mí; pero amén de ser pocos los que creyeron, volvieron a pecar demostrando la ausencia del arrepentimiento.
El objeto de este mensaje fue reforzar los ya existentes en la Biblia para ver si mi presencia en la tierra era reconocida.
Pero como siempre, lo único que encontraron prudente hacer; fue la de juzgar a la mente y templo que contenía  mi energía cristica, tal cual lo hicieron hace 2012 años atrás, no reconocieron el verbo que se hacia carne y sangre en vuestro plano.
Este mensaje entiendo. que no os gustara; porque no se ajusta a vuestros gustos de pecadores, pero no me quedan alternativas, puesto que yo no puedo asociarme a vuestros gustosos pecados.
Por seguirle al gusto del pecado que les dio Satanás, en todos los estratos de vuestras vidas me han desconocido y hoy os cuesta creer que he venido como ladrón en la noche y os he sorprendido; gracias a  que nada hacéis por encontrarme.
Se que en todas las religiones instaladas en el mundo se ha infiltrado las filosofías impresas por Satanás que creó su propio culto erigiéndose él como Dios en la tierra. Pero ahora que el fue suspendido, me encuentro que todos con sus creencias religiosas a cuestas; siguen fielmente a este ser, a quién se le dio potestad en la tierra para probaros.
Pero, evidentemente él; ni nadie pasó la prueba, por eso debo apelar a mi Misericordia para que se salven un número mínimo de seres con todas sus equivocaciones... entre los gentiles como los no gentiles, serán  elegidas las mallas que  nacieron de las aguas y del espíritu; ellas  serán rescatadas.

Este mensaje hace muchos años que está rodando en un reducido círculo, no porque no se haya distribuido; sino porque fue rechazado, porque nadie le concede importancia.

Yo, ahora os pongo nuevamente en vuestras manos a través de uno de mis operadores en la tierra, que por 7 periodos lunares redacto todo cuanto se tenía que transmitir como parte de una parte a través de él, para que en los últimos momentos de existencia de vuestra querida civilización gobernada por el anticristo; os ayude a reflexionar positivamente desde una visión unificada entre lo invisible y lo visible.
Si lograreis entender este mensaje que es bien claro, diréis que habéis perdido un buen tiempo de vuestra vida al no ver este mensaje cuando bajó a la tierra a través de un humano que fue seleccionado para este fin hace 33 años atrás por segunda vez. Este mensaje fue guardado celosamente por sus guardianes que no fueron muchos, quien hoy se los entrega también recibió  de ellos en propias manos; hoy se los entrega por este medio, como también lo viene entregando de mano en mano a  quien se considera un hijo del linaje divino.
 Os pongo en vuestras manos el mensaje, pero antes; os debo advertir una vez más que por cuanto sabéis y no hacéis seréis doblemente responsables.

                                                 MENSAJE DEL CRISTO

APOCALIPSIS 5-5
EL ERROR
Error es la desobediencia a un mandato divino que se constituye en un eslabón más en la cadena que ata al humano al dolor.
Insistir en vuestras temibles equivocaciones es acariciar vuestras cadenas esclavos del pecado. Debéis huir del error para que se aleje de vosotros el dolor, porque ambos son inseparables. Vosotros que conocéis que el dolor es cadena, apartaos del error y no os encadenéis jamás.
Todo aquel que sufre es porque tiene una equivocación causa de su sufrimiento.
Las equivocaciones son causas de amarguras ¿no sabéis que vuestros propios desamor os hiere?
El que delinque es castigado por su propio error. Mientras más profundo es el abismo, más dificultad tiene el humano para escalar la cumbre. Y vosotros habéis caído hasta lo más profundo de vuestras equivocaciones. Cada error que cometáis es un clavo de vuestra propia cruz. Pero es necesaria la cruz que lleváis porque ella os perfeccionará, porque ella os dará de cada aprendizaje el resultado de luz de cada dolor y por cada dolor, las rosas de la experiencia.
Colocaos serenamente frente a vuestros errores humanidad, para que podáis conoceros a vosotros mismos. Observad primeramente vuestros errores para que el amor sea corrector de vuestra vida y no el dolor. ¿Por qué os empeñáis en amar vuestros errores?
¿Por qué le dais primero a la materia y después al espíritu? Cuando reconozcáis todos los errores que hayáis cometido y los trasmutéis en bienes, entonces seréis perdonados. ¿Quién no se disculpa a si mismo cuando comete errores? Lo más difícil es disculpar los errores ajenos. Reconocéis que la semilla que lleváis vosotros, es la misma que llevan vuestros compañeros en el peregrinaje de la vida. Y si para vosotros encontráis disculpas, disculparéis también a los demás.
Las almas fuertes, pueden con las cruces propias y con las ajenas. Y ayudan a los demás sin temor y sin juzgar sus equivocaciones. Olvidad las equivocaciones de vuestros semejantes. Olvidad las caídas para recordar solamente que antes que vuestros hermanos caigan, ya vosotros habéis caído muchas veces.
Debéis ayudar al pequeño con amor, sin juzgar sus equivocaciones. No está en disculparse el borrar los errores, está en reconocerlos para no volver a cometerlos. El hombre aprende más de sus errores que de sus éxitos. ¿Acaso esperáis que el Cristo os salve siguiendo en vuestras mismas equivocaciones? De cierto os digo que no, mientras viváis equivocados, tendréis que seguir sufriendo largo tiempo.
El humano es lento en el aprendizaje del amor, pero no se perderá en el camino.
Pruebas dolorosas vendrán, irán, volverán y retornaran. Y entre lágrimas de sollozos, harán rectificaciones lentas, muy lentas, de sus equivocaciones. Los que actúan contra el amor, tienen un término, hay un tiempo para errores. Hay otro tiempo para arrepentirse de ellos. Hay un tiempo para ser pequeño y otro para ser grande. Hay un tiempo para que os ayuden y otro tiempo para que ayudéis a los demás.
Es necesario que hagáis la renunciación o el sacrificio de los malos deseos, para alejar de vosotros aquellos errores que os han traídos la cadena de dolores y de amarguras. Con el dolor, el pecador aprenderá a no volver a cometer el error que le trajo amargura. Cuando el hombre no busca los peligros, no los encontrará, el peligro solo viene cuando se merece. Ya no os equivocaréis cuando podáis decir:
“MI PADRE DICE Y HACE POR MI Y YO HAGO LA VOLUNTAD DE MI PADRE”.
Todo lo que hiere a las almas, deja en ellas una sabia enseñanza. Hace que vuestra experiencia actúe como corrector de vuestros errores y las transformen en aciertos. Si amáis intensamente, no podréis ver los actos ingratos de nuestro semejantes, porque vuestros ojos solamente miraran con amor y sabréis disculpar sus errores. CAMINANTES DE LA TIERRA, habéis manchado vuestro mundo con vuestras equivocaciones.
Y yo vengo a desmancharlos para que no sea planta de dolor, si no de amor. De almas que gocen con alegrías sana, que no ofendan ni hieran a sus semejantes.
Quien quiera de vosotros que habléis de cosas personales en este momento de convulsión mundial o que expresáis maldad para vuestros semejantes, seréis dejado solo, para que comprendáis vuestro error. Y nadie os escuchará.
Alejaos de él en aquel momento y debéis de hacerle notar que está faltando a la ley del amor y que la doctrina unitaria no permite esa negación.
 El error es el que divide y la materia es la que cuenta en lo personal. El espíritu nunca dice yo, siempre dice cielo y universo.
El humano puede levantarse o caer, de vosotros depende. Porque nadie caerá ni se levantará si no es esa su voluntad, solo ocurre porque él quiere.
Quien es noble, manso, bueno y cariñoso, atrae hacia sí a los corazones, se hace amar y entonces facilita su vida y mejora su destino.
El humano cree en su propio pensamiento. Y el error más grande que puede cometer es creer que su única vida es esta, lo material.
¡Más no caminante! vuestra vida material es solo un paso que dais en la corrección de vuestros errores.
Está para que paguéis vuestras cuentas pasadas y cumpláis con las misiones encomendadas.
En una venida podéis tener misión más  severas que en otras, por lo que debéis soportarlas sin protestas.
Dios no quiere veros pobres, enfermos e infelices. Sois vosotros los que no habéis amado el trabajo, ni cuidado vuestras salud. Las perdéis fácilmente y con vuestros errores ahuyentáis la dicha.
El que está castigado por no saber amar es el humano. Pero este castigo, el mismo se ha impuesto.
Estáis nadando en mares de errores, pero aún así Dios os ama y por eso permite las leyes que os pondrá a salvo. Y por medio de esas leyes os elevaréis cuando tengáis pagadas vuestras deudas.


El dolor
Dolor es una amino ración de la vida y una enseñanza que ayuda a crecer al espíritu del humano a través de la purificación. Al mismo tiempo, es el maestro que va buscando a los que huyen del amor. 
Cuando la comprensión del dolor es superior, se transforma en sentimiento comprensivo y compasivo antes el sufrimiento ajeno.
El humano tiene lo que merece y lo que debe tener.
Las purificaciones que necesitáis, en el momento que
buscáis, las encontraréis.
Todo aquel que sufre es porque tiene una equivocación causa de su sufrimiento.
He aquí, la clave del sufrimiento de la humanidad.
Cada humano se hiera a si mismo. ¿Habéis sido herido?... Buscad el origen de vuestros sufrimientos y entonces,  cuando los encontréis, veréis que nadie os ha herido.
Sois vosotros mismos humanidad, sois vosotros mismos
vuestros propios verdugos.
El humano solo se castiga o se premia con sus propios
actos.
Si en vuestra vida os va mal, es porque estáis en deudas
y si os va bien es porque estás en merecimiento.
Cuando ya no necesitéis lo que ahora os causa sufrimiento, este desaparecerá.
Cuando sois dóciles al dolor, es cuando empezáis a dar los primeros pasos en el sendero de los buenos. Examinad cuidadosamente vuestro propio dolor y sacad de el, todo el oro de la experiencia.
Amad a vuestro dolor porque él os hará grande, os hará capaz de desarrollar la potencia latente que contenéis. Los humanos odian al dolor, pero en forma inconsciente va en su busca al extraer de su mente sentimientos que lo hieren.
Todo dolor os enriquece con nuevas experiencias y no recibiréis dolores cuando ya no necesitéis experiencias. La escuela del dolor..., es la escuela del espíritu que crece. Si estáis dispuestos a disminuir el peso de vuestra propia cruz, lo disminuiréis y por el contrario, si queréis aumentarlos, lo aumentaréis.
Estáis caminando lentamente pero sin pausa, en el sendero del aprendizaje.
El dolor es un método de aprendizaje que al final deleita con su premio. En vosotros está la suerte del menor sufrimiento.
El dolor va junto con el aprendizaje, porque no se repite la acción que ha causado dolor.
No temáis al dolor, si no sufrís, no podréis ocupar un lugar en el PARAISO.
Mis trabajadores dicen que acosados por el dolor se les han quitado las ganas de trabajar.
¿En esa forma vais a cooperar conmigo en mi grandiosa obra? 2
Y, si encuentran a un pueblo perezoso, que viendo no es capaz de observar y oyendo no está preparado para escuchar.
,De dónde tomar el ejemplo? Se preguntarán. Hay un tiempo para sufrir y un tiempo para descansar del sufrimiento.
Todos deberéis pasar por este ciclo mientras no habéis aprendido a amar.
Por lo que sufrís comprenderéis lo que pagáis. Por lo que pagáis comprenderéis lo que debéis.
Decís que el dolor os castiga cruelmente, pero no ponéis el remedio para que os deje en paz.
Reconoced que si vuestra vida material está plagada de dolores, es porque vuestra historia álmica está plagada de desaciertos, de inconformidades y de  rebeldías.
Si teméis al dolor, no lo busquéis.
Pero si le teméis, ¿por qué lo buscáis? Y si lo buscáis. ¿Para qué le teméis?
Habéis venido al inundo a amar. Pero vosotros no habéis aprendido a amar y de algunas maneras tendréis que aprender.
El humano para aprender a amar cuenta con una gran herramienta de estudio que es el sufrimiento. Bendito aquel que no cuenta sus dolores y en cambio cuenta las pocas alegrías de su vida porque sabe que a sufrir ha venido y que el dolor lo perfecciona mientras aprende a amar.
Contáis vuestros pecados y no vuestros dolores, que de ello se encarga Dios.
Si queréis contar vuestros dolores, debéis contar también los pecados que producen esos dolores.
La mayor parte de las veces habláis mucho de vuestros dolores, pero no habláis de los actos y provocaciones que os hace merecedores de esos dolores.    
La alegría y los dolores van juntos. Son las dos caras de la misma moneda. Son inseparables.
Entonces, quién en la vida recibiere una, solamente le faltaría la otra. Nadie quedará sin recibir las dos.
El dolor es el camino que tenéis escogido la mayoría de vosotros.
Solamente si vuestra conciencia entra profundamente en el amor, acabará el dolor entre vosotros.
Aprendéis a pensar primero en los demás. Atendéis primero sus dolores y después los vuestros.
Preocupaos por el sufrimiento ajeno y vuestros problemas serán resueltos.
Venís a mí, trayéndome el dolor ajeno ¡No el vuestro! Entonces sentiréis que vuestra cruz es más ligera. Porque habéis ayudado a otro a superar sus penas.
Vuestro drama actual ya lo habéis escrito con anterioridad. Y si en el futuro no queréis más dramas de dolor, en vuestras manos está dictar vuestra propia sentencia.
El dolor os visita porque con algo os debéis purificar, ya que vuestras obras no están justificadas.
Y vosotros lejos de poner fin a estos actos que os traen aflicción, ponéis en vuestras cuentas manchas tras manchas y con algo os debéis purificar.
No permanezcáis insensibles antes el dolor de vuestros hermanos, no permanezcáis insensible antes el dolor ajeno, que es vuestro propio dolor. Así como también el pecado del hermano es vuestro propio pecado.
Debéis estar en relación con los demás como el eslabón en la cadena, unidos inseparablemente.
Porque quien se separa y rompe la armonía, lo paga con dolor y falta de luz espiritual que obliga a una existencia en la oscuridad.
El humano tiene que bastarse a sí mismo primero  y después tiene que cargar con las cruces de los demás. Por eso hay un tiempo en que el humano no se basta a sí mismo. Otro tiempo en donde se basta a sí mismo. Y otro tiempo en que emana gracia espiritual y es materialmente una fuerza de ayuda para sus semejantes.
¿Creéis acaso que en vuestras vidas   pasadas habéis hecho muchos bienes cuando el dolor os está marcando que sois deudores?
¿Creéis acaso que la excelsa sabiduría va a negaros su amor, si os la habéis buscado?
¿Creéis que durará la amargura si no la merecéis? Existe una cruz, la del sacrificio y es la que os iluminará y glorificará.
Y otra, la del dolor, para que con ella podáis pagar a la ley vuestras deudas.
El que pone los pies en el sendero del amor y aún no ha aprendido a amar, sufrirá dolores, amarguras y tristeza. Pero habrá muchas alegrías en recompensa.
Pueblo mío, amad vuestra cruz para que no la llevéis a cuesta renegando. Porque si así lo hiciereis, el dolor abrirá en vosotros profundas llagas.
Contra el dolor bebéis tener una coraza de buenas obras, buenos pensamientos y una buena dosis de servicio a vuestros semejantes.
Lloráis porque vuestros pensamientos y actos son malos, no sois capaces de apagar lo que sois libres de encender.                       
 El fuego de la pasión lo podéis apagar con agua clara de las virtudes.
Y si no podéis apagarlos con buenas obras y no tenéis lágrimas, podéis apagarlos con sangre de vuestros corazones.
Si tenéis ganas de llorar, podéis hacerlo, de arrepentimiento, por cuanto habéis hecho contra la ley de Dios.
Debéis buscarme aún en la sombra del dolor, que no sea éste, el obstáculo que os separe de mí, ni de vuestros cumplimientos.
El dolor, merece el perdón, yo estoy en  vuestro dolor y vosotros estáis en mi amor.
Si vosotros hacéis presente a Dios vuestros dolores con humildad, mi padre abrirá el manantial de sus bondades y vosotros abriréis las compuertas para que pasen las aguas de la misericordia.
¡Cuánta misericordia pone mi Padre! en aquel, que le ruega, le suplica y le dice: “solo espero de tu bondad, puesto que nada puedo pedir por merecimiento”.
El dolor es útil también en la redención. El sufrimiento útil, es el que sufrís por causas ajenas a vuestra voluntad. Si lo sufrís por ingratitud, será un dolor que ennoblece. El dolor que se transforma en luz, es aquel que se trasmuta en ternura, para el heridor, en inmensa bondad y piedad, en inmenso perdón y en olvido de la injuria.
Si sentís dolor por el pesar ajeno y lo absorbéis como vuestros, es que la potencia AMOR toma su sitio en vuestros corazones, para que vuestros espíritus cumplan con las misiones que se os han impuesto.                                    
 Hacer los designios de vuestros destinos y cumplir con los mandatos de vuestras misiones, es hacer el bien aunque os cause dolor.
¿Qué provecho traería a la grandeza de mi Padre Dios, el sufrimiento de los humanos? ¿Acaso con vuestros sufrimientos se hará más grande? Yo os digo que no. Bendecid vuestro dolor humanidad, que es el crisol para vuestra transformación.
El dolor os hace derramar lágrimas, pero por ahora es la única herramienta que os sirve para perfeccionaros. Bendecid a los demás con resignación, extrayendo del mismo dolor que sentís por ello, la ternura que se encuentra escondida en él.
¿Por qué os cuesta dolor, convertir en acción vuestra buena voluntad? No se sufre cuando se ama.
Donde no hay amor hay dolor, pero cuando más se sufre, más se ama. Amad vuestros dolores e iluminadlos con el fulgor de los sentimientos superiores.
¿No os es más fácil perdonar cuando veis sufrir a vuestros semejantes?
¡Oh… condición humana! Que necesitáis ver lágrimas para perdonar, para sentir compasión.
Que necesitáis escuchar un ay lastimero, para que os conmueva.
¡Ah... condición humana!, que si no hay dolor, no hay perdón.
Perdona porque el dolor os trae enseñazas para que os redimas.
Pensad que en cada vida que venís, hacéis más grande la cadena aumentando muchos eslabones. Y ¿Cuántos habéis quitado?
La fuerza espiritual responde y fluye, cuando sentís dolor por el que sufre. Mientras más preparados estéis, sufriréis menos.
Es inútil las lágrimas si el hombre la derrama solamente por debilidad.
Es mil veces más triste no tener luz, ni ser fuertes y grandes en estado álmico, que todo el sufrimiento que podáis pasar en la tierra. Grande es la tristeza que el alma sufre al sentirse pequeña. Cada dolor que destroce el corazón, engrandece el espíritu.
El dolor os ha hecho conocer muchas cosas, os ha hecho crecer para que estéis en condiciones de enfrentar los problemas que habéis pasado.
El amor os hará grande y el dolor dulce y brillante. No hay una sola lágrima injustificada que sea derramada por unos ojos que no sean culpables.
El mal que vosotros causéis a vuestros semejantes os sigue eternamente, como la sombra sigue al cuerpo.
Por eso estáis siempre, humanidad, tremante de dolor y amargura, porque tras vosotros va la sombra de vuestro delito hecho a vuestros semejantes. Siempre encontraréis dolores, si ponéis los ojos en lo actos del humano.
Los que son penalidades para vuestras materias, son rosas para vuestro ser espiritual. Venís a la tierra para hacer una cruz y forjar otra cruz, porque cuando dejáis una, es porque tomáis otra. En esta vida presente, habéis pagado muy poco de vuestras deudas y las atrasadas debéis mucho. Estáis acumulando deudas, no derraméis el cáliz, porque si lo derramáis, caerá sobre vosotros el líquido derramado. Os costará lágrimas cuando tengáis que pagarlos.                                                        
El dolor flagela al equivocado y cree este huir de él, pero va en su busca, con su falta  de  espiritualidad.
Vosotros venís a sufrir, pero nadie de   vuestros compañeros de peregrinaje en este mundo tiene potestad para haceros sufrir. ¡Ay de aquellos que os hagan sufrir!
No toméis parte activa en la inflicción del dolor a un semejante, no le cause dolor ni un segundo.
¿Cuándo podráis decirme? : En cátedra de amor me diste la semilla y en la realización de mi jardín mental te doy las rosas.
El dolor y la alegría van juntos. Por separados son aparentes, se hace real cuando ambos se encuentran.
Ambos son necesarios en vuestros crecimientos espirituales.
Analizad vuestros propios sufrimientos para encontrar el origen de cada dolor o de cada ay del corazón.
Aquel de los humanos que hiciere obra nefasta de llevar a su hermano, con causa o sin ella a la picota del escarnio, o lo deshonra en público. Temblad porque de cierto os digo: preparad vuestros lienzos para enjugar vuestros llantos.
Con el dolor el pecador aprenderá a no volver a cometer el error que le trajo amarguras.
Al humano le gusta beber en copa de oro aunque sea hiel lo que lleva a sus labios.
Es necesario que os purifiquéis en el crisol del dolor porque os habéis negado a purificaros en el crisol del amor. El verdadero cristiano toma su cruz, la acaricia en silencio, la perfuma, la llena y la satura con sus lágrimas, resignado, sin llegar jamás a la desesperación.  
Si sufrís, pensad que el dolor os limpia y no tratéis de escapar de él.                      
El dolor debe cumplir su cometido. Sin él, el humano seguirá en la materia sintiéndose que es ella.
El que no se espiritualiza en el dolor y aún reniega por ello, no conoce a Dios y en el mismo dolor se mancha y se somete a los designios de mal.
Bendecid al que os hace sufrir y os tiene a prueba de paciencia. A aquel que cual piedra de toque está para mortificaros y lastimaros en vuestros sentimientos. Si no existiera esto para vosotros, ¿quién os purificaría?
 Bendecid a uno por el bien que hace a vuestras almas al haceros sufrir y agradecedle porque con ello habéis pagado vuestras deudas.
El dolor es el martillo de taller interno que necesita golpear duramente en el bloque de carne del egoísmo.
Tú aprendes a sellar tus labios amado mío, porque la humanidad no entiende de penas ajenas al no saber amar. No pidáis al Padre Celestial que os libere del dolor o las dificultades porque estos son necesarios para vuestro perfeccionamiento.
No pidáis a Dios que os libere del dolor, pero si pedidle que os libere de las encamaciones inútiles.
Llorad y gemid pero no toméis más de lo que os corresponda.
Vosotros que sois seres con pasiones, si no sentís alegría por el sufrimiento de vuestros hijos ¿Cómo pensáis que mi Padre Celestial se complazca con vuestros dolores?
No es la voluntad del Padre Universal, padre y madre de toda la creación, no, no es su voluntad que vosotros viváis en continuos llantos, en largas desarmonías y en eterno sufrimiento.                                 
Tampoco es voluntad del Cristo de Dios que sigáis por el camino de tanto dolor que vosotros mismo habéis formado en vuestro mundo.
Vosotros labráis vuestro destino, vosotros mismos con vuestras propias manos y vuestros pensamientos.
Con vuestras obras labráis esa infelicidad de la que tanto os lamentáis.
Buscad en el dolor la gran lección de vuestra vida, él es vuestro maestro.
Es necesario que no busquéis más agonía que os venga por ley y no aumentéis la que tenéis.
Aquella nota que no está afinada con el conjunto produce desarmonía, de la misma manera sucede con las almas que no responden al amor, no son notas armónicas en el concierto universal y el dolor vienen a ellas porque están desequilibradas, no forman arpegios, no entona el verdadero canto de la vida.
Buscad a aquellos que os han hecho daño porque ellos aunque a costa de su propio crecimiento, son los instrumentos necesarios para vuestro ascenso espiritual. El que no participa solidariamente en el dolor ajeno, no tiene parte conmigo en el REINO DE DIOS.
Mientras sentís distante y fuera de vosotros el dolor ajeno estáis lejos de mí, muy lejos de entenderme y más aún de amarme.
Si no me amáis en vuestros semejantes, no tendréis nada asegurado para vuestra eterna luz y suprema verdad.
¿Habéis venido a mí por vuestros pesares y amarguras?
Entonces pronto me olvidaréis porque cuando se disipe vuestra amargura, me olvidaréis.                                                        Si venís porque me amáis, porque me sentís, entonces no me olvidaréis.
Habéis creído que los dolores sufridos no lo han traído vuestros errores.
Siempre habéis creído que son males que descienden del cielo y se reparten entre sus moradores y que a cada uno de vosotros les tocó lo más amargo.
¡Oh.. injusticia humana! Cuando vienen los pesares es porque así conviene.
Porque Dios mueve el universo y nada está mal hecho. La primera lección está en no causar dolor a los demás, después se llega al entendimiento y una vez elevado, no solo no se causa sino que se siente el dolor ajeno. Cuando se siente el dolor ajeno es que se ha perdido el poder de herir.
Para que el humano convierta su dolor en luz tiene que primero perder y arrancar de si mismo todo el veneno que hiere.
Que nobleza, que grandeza aquello que se eleva diciendo.... mi dolor no se cuenta, mi dolor se olvida. Entonces el dolor se convierte en luz.
Dadle al Cristo el regalo de vuestro dolor para que en ese momento os abandone el poder de la venganza.
Toma tu cruz, y sígueme,  porque cada uno de vosotros va labrando su propia cruz, y con ello va cargando sus errores pasados.
Cuando las almas han llegado a la nobleza del sufrimiento; ya no maldicen ni reniega. Resignadas abrazan su cruz.                                                                       
Sed mansos y humildes. Abordad dulcemente vuestro dolor.                                                                                         El dolor sobrellevado con resignación os hará llegar de la mejor manera al REINO DE DIOS. De cierto, un minuto de desmayo es mucho tiempo de confusión y un minuto de rebeldía es mucho más de dolor.
Cada uno de vosotros tenéis vuestra cruz, ni menor ni mayor de la que les corresponde.
La desobediencia es la causa de la existencia de vuestros dolores. Es uno de los motivos primordiales de vuestra constante angustia.
El dolor es pequeño para la humanidad, pues de cierto es más grande su desamor.
Si recogéis dolor guardadlo, más no lo devolváis porque en verdad, si entregáis amor en cambio de dolor tendréis la recompensa.
No hay más que un camino luminoso: el amor. Todos los demás caminos son de dolor. Después de esta vida de problemas espera en el más allá las rectificaciones que hicisteis erróneamente en este mundo.
Después de un gran dolor, surge una gran alegría. Esto es así, y de no ser de esta manera: ¿Cómo sería posible la vida?
Nada se queda sin premio, nada se queda sin castigo de si mismo.
De los mismos forjadores de la acción, tú puedes herir con metralla o de cualquier otro modo, más volverá a ti la acción cuando más te duela en el corazón.
Para poder llegar al sendero de la servicialidad  hay que pasar por la iniciación del dolor.
En todo, humanidad, el dolor os dice, os habla de vuestras faltas y a su vez, vuestras faltas os dice que esperéis el dolor.
Vuestras faltas violan la ley del amor y al faltar a la ley, el dolor sale a recibiros.
No os conformáis con no causar dolor que es poca cosa debéis conformaros con quitar el dolor de vuestro semejante, solo con ello el alma tiene la conformidad.
Bendito aquel que deja que su sufrimiento se escape al espacio infinito, sin pedir que el dolor llegue al que le hirió. La palabra infierno vosotros debéis saber que indica los planos inferiores del dolor.
Este mundo es el símbolo del infierno también. Si no amáis se aumentará la cruz y su peso.
Y entonces la corriente negra del dolor os arrastrará al caos en que os ha colocado vuestra dura negación. El tiempo de vuestro libre albedrío es corto, por eso os digo o lleváis la doctrina en el corazón o tendréis más tarde que sufrir las consecuencias.
Cuando el sufrimiento suaviza la materia, está es más noble y obediente, y cede para dar campo al espíritu. Se que está ligado el pecado con el dolor, con ligaduras irrompibles. Vais por el camino del dolor, cosechando el fruto de vuestro pecado. ¿Qué cosa es la vida desde que nacéis  hasta que morís, sin la parte espiritual? Nacéis con un gemido y morís con un lamento. En todo el proceso de crecimiento el que no ha crecido en el amor, tendrá que crecer por el dolor.
El alma goza ante el sufrimiento de la materia, pero la pobre materia que esta simbolizada por el barro, protesta ante el dolor.
Los humanos se desesperan ante el dolor, quieren gozar y Cuando no reciben todas las dádivas que esperan, se desesperan.
Pero para cambiar el destino no se reta a Dios, se le ruega humildemente, se le suplica y se le dice:
‘Yo sé que lo que mi alma ha sufrido, lo necesitaba, tu sabes por que, yo no lo sé, pero tu no me das nada que no necesite”.
Cada dolor, cada sufrimiento, trae una conmoción que sacude el alma y la renueva de sus andrajos de ayer, de sombras del pasado, se sacude el alma, se limpia de manchas.
Se dispone a crecer en sus poderes, se engrandece. ¿Qué sabéis vosotros de la cruz que lleváis? ¿Creéis que es el mayor peso?. Y así no podéis comprender de la cruz ajena que no habéis cargado, no podéis saber cuanto pesa, porque basta con la vuestra y solo de ella podáis hablar y entregar cuentas de vuestras obras.
¿Qué os han hecho llorar?. Examinaos a vosotros mismo. Si aquello que os han hecho llorar es pago de la ley por lo que habéis hecho, eso es lo que merecéis.
Si no fueseis merecedores de ello, tenedlos por cierto que aquellos os sirven de escala para vuestro ascenso espiritual.
Bendecid a aquel que os hace sufrir, si es que nada debéis. ¿A dónde están vuestras penalidades que no las veo?. Contad cada uno de vuestros dolores, y veréis que no suman cientos.
Contad vuestras iniquidades y pecados y no habrá número para que puedas contarlos y hacer la suma.
Pedidle al Padre que si os vienen tentaciones seáis fuertes en espíritu para resistirlas, que sea mayor la fuerza que vuestro dolor, que sea mayor la luz que la tentación.                                                        Cuando el humano sienta a Dios en si; las guerras, las enfermedades y el dolor habrán concluido.
Hay tiempos para que el humano haga alarde de su fuerza, y tiempos en que tiene sus ayees de dolor y en sus ayees, recordará que no ha escuchado a aquellos que demandaron su auxilio.
Cuando hayáis limpiado vuestra mente y tengáis el corazón puro, sentiréis el dolor ajeno y os regocijaréis con la alegría de los demás.
Cuando no estáis presente con los que sufren, y olvidad el dolor ajeno, estáis manifestando la necesidad del dolor que os corrija. No hagáis el mal para que no descendáis al dolor y a la desesperación de aquellos que hacen mal y reciben la justa reconvención de su conciencia.
La iniquidad y la desobediencia os han colocado en este valle de lágrimas y todavía dudáis de mi comunicación cuando sabéis que yo soy vuestro maestro, y que estoy retenido en este mundo por vuestro dolor.
Vosotros habéis generado la causa de vuestro propio dolor y sois responsables de vuestra tristeza.
Debéis visitar al enfermo en el lecho del dolor y no temáis contagiaros, porque si no sois acreedores, no os llegaran las enfermedades.
Vuestras semilla es de dolor y la regáis con lágrimas de vuestros ojos, pero las seguís sembrando y de cada dolor brotan espinas que os sirven para crucificaros, pero no en la cruz elevada de los redentores, si no en la cruz de los equivocados.
En cada sufrimiento, en cada sacudida, en cada ay del corazón, se obtiene una preparación para una nueva escuela superior del ser.
No hay efectos sin causas, las causas son vuestras obras y sus efectos, el dolor que os llega.
No os quejéis por los sufrimientos y los obstáculos, pueden ser en realidad, los misteriosos esfuerzos de la naturaleza para ayudaros en vuestros crecimientos espiritual, si sabéis aprovecharlos.
El sufrimiento no es un castigo, es un pago.
Hay sufrimiento que se convierte en claridad de ideas y otros, en hermosura para el alma.
Cuando sea necesario, reprended, sintiendo dolor, para saber que habéis corregido amando.
Bendita la humanidad que en vez de renegar en su dolor toma su cruz. Y en esa cruz, en que florecerá la rosa mística, me sigue pacientemente.
Bendecid vuestra cruz y la oportunidad que os da de ser uno con el padre.
Bajo el sol solo hay cruces, este es el mundo de las del nacimiento, las del matrimonio, de la soledad y la de la ancianidad.
Aún Jesucristo hizo de las cruces de los humanos su cruz, vosotros tomaréis la que os corresponda, porque no podéis tomar ni más ni menos, que lo que sea para vosotros. Decís: “si hoy no he hecho daño. ¿Que pago?”.
En la historia de vuestra alma, hay cuentas de un ayer y si hoy no pagáis del presente, el dolor os indica que pagáis del pasado.
La terminación del dolor está en el alumbramiento del hombre. El dolor nace del negro pensamiento del humano. La rebeldía produce dolor y el humano con su rebeldía está fomentando sus dolores. Todos caminan arrastrando dolorosamente su cruz, unos por no saber llevarlas, otros por su propia rebeldía.
EI humano huye del dolor y sale a su encuentro con sus errores.
Le teme a la muerte y va a buscarla, provocando guerra. Le tiene miedo al hambre y va a buscar la necesidad.
¡Ah! ¡Humano!... misterio de ti mismo, ¿Quien os entiende humano si vosotros mismo no os entendéis?.
Entre más sepa sobrellevar el humano las pruebas dolorosas, más se acercará a Dios.
Nadie puede sufrir por lo que el otro hace.
Buscad con afinidad todo aquello que es para la vida espiritual, todo lo demás vendrá por si solo, porque mi Padre celestial sabe de vuestra necesidades de vuestros tormentos, de todo aquello que clamáis.
Unas cosas os serán concedidas según el plan divino, otras, tendréis que esperar y se os será concedido cuando vengáis nuevamente en futuras reencarnaciones.
Porque todos sin excepción, estáis en el plan de restitución vuestras almas os dirá a través de vuestra casa de carne, a través de vuestra mente carnal, un mensaje justo diciendo “yo fui criminal, yo formé dolor yo vi dolor en otro cuerpo, pero soy la misma alma revestida de otros cuerpos, como hoy de este”.
Si pasáis por sufrimientos originados por vuestra ignorancia o por vuestro desamor, tenéis sufrimientos inútiles que no os aprovechan, pero cuando los sufrimientos vienen por causas ajenas a tu voluntad, por ingratitud, por crueldad y los sufrís con paciencia y resignación estos sufrimientos son útiles y os aprovechan. Sal y busca a aquel que sufra más o menos que tú, no te fijes si es mayor su dolor, no mires si esta recibiendo la recompensa de sus pasados errores y aún de los presentes, no los juzgues, puesto que no te doy facultades para ello, tu no eres el juez.
Ve y busca a los que van sufriendo, olvida tu propio dolor y de cierto te digo, el Cristo recompensara tu acción y tendrá una solución para tu preocupación y tu pesar.
Todo aquel que quiera seguir mi camino, recibirá unas sandalias para que las espinas y los abrojos no hagan sangrar sus plantas.
De los labios amargos sólo se escapan sombras, de los labios dulces sólo frases de amor y estás frases son reflejos de luz.
Los malos necesitan de los buenos y viceversa, y los buenos para ser buenos necesitan de quien los haga padecer, de quien los haga llorar, para que en el momento de abrazarlos con el llanto de los ojos, les digan:
“no lloro porque me haces sufrir, lloro porque no te puedo consolar en el dolor que te estás causando a ti mismo”. Cambiad vuestro modo de ser, antes de que el dolor os hiera profundamente
Abandonad vuestra frialdad y desprecio hacia los demás convirtiéndolo en amor consolador.
Hay dos maneras de pagar:
Con el dolor, de acuerdo a las leyes inferiores de causas y efectos que tocan al humano.
Y con amor y buenas obras.
Así os ahorraréis lágrimas, ayees y tormentos. ¿Cómo queréis pagar? Hasta con el dolor se gana. Ganáis porque el dolor os da el caudal de la experiencia y los dones que debéis recibir. El humano siente cansancio y exige consuelo.
Pero no se preocupa ni de las penas ni del dolor ajeno. En el reparto de la sabiduría infinita el humano está disconforme, sin saber que tiene lo que merece.
Sin saber que tiene lo que le ayuda a adelantar en espíritu para hacerle crecer y brillar. Porque con el dolor las almas brillan.
La plenitud de la felicidad espiritual está en la perfección de la vida bendiciéndome en lo que llamáis muerte, que es descanso y bendiciéndome también en lo que llamáis desdicha.
Besando vuestra cruz aprenderéis a amarme.
El gran TIEMPO DE LOS TIEMPOS que nadie entiende fuera de las altas jerarquía es ahora la tierra y sus moradores que están en purificación con todos sus ayees. Les faltan aún otros tormentos que están en puerta. La atmósfera de la tierra se resiente y    comienzan los problemas aumentando los ayees.
Cuando la tierra es propicia se activa la evolución y el adelanto por medio del dolor, de donde surgirán hombres y mujeres nuevos.
Tened piedad de los humanos destructores porque en todas las edades planetarias que faltan a la tierra estarán aquí. A veces arrastrándose por el suelo sin movimientos en sus miembros.
A veces sin luz en sus ojos y en muchas encarnaciones sin inteligencia, estirando la mano y pidiendo por amor de Dios un pan. Aquellos serán los que quemaron la tierra enfermaron a las aves y a todos los seres vivientes.
Ya os he dicho que cuando el planeta. Tierra desaparezca, que falta mucho tiempo para ello, será una parte por el fuego, por el agua y la otra parte por el aire.Mientras tanto la tierra sufrirá y dará muy poca semilla para sus habitantes.
Enfermedades y epidemias serán en humanos y animales. Más dicen algunas mentes: y ¿Qué culpa tienen los que nada hicieron?

Los que no hicieron nada para este daño, si sufren, es para progreso de su alma, los otros pagando lo que deben en otras vidas y los culpables como recompensa.                                          

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