Esclarecimiento
del simbolismo:
El
"Árbol del Conocimiento", tratándolo como una metáfora, en el
proto-hombre, en su conciencia existencial, se manifiesta en forma dual desde
el momento del "nacimiento" de la conciencia, o sea espiritual y
material, o lo que podríamos ver como lo mismo, impersonal, universal y
personal. Algunos dirían también que se divide en parte esencial y substancial,
siendo la esencia universal y la substancia personal, pero este discernimiento
puede resultar un poco abstruso. En el lenguaje común hablamos del "cielo”
y de la "tierra".
La
parte espiritual, careciendo de nociones de lo trascendental, se encuentra al
principio completamente adormecida, y al igual que la semilla, sólo existe en
e! estado potencial. Sus primeras manifestaciones se ven únicamente en el
plano de las supersticiones,
cosas ocultas para la percepción física, por ende incomprensibles; siendo así,
el ser primitivo las trata como algo sobrenatural, lleno de misterio
Sabemos
que la conciencia material domina al hombre primitivo durante largo tiempo, y
resulta difícil establecer su duración. También gravita fuertemente en el
"homo sapiens”, del cual no se puede fácilmente liberar a través de la
historia conocida. El hombre prefiere aceptar la existencia de lo sobrenatural,
misterioso y milagroso, una explicación más cómoda y utilitaria. en vez de
buscar una explicación razonable, lógica, científica y natural. que actúa desde el plano opuesto o
espiritual, de acuerdo a ciertos principios o leyes, pudiendo el hombre seguir
ese camino y espiritualizarse, se observa hasta hoy día la utilización diríamos
de "las muletas", que constituye la fe irracional en los milagros y
cosas sobrenaturales.
La
fe cimentada por el estudio de las leyes universales y a la vez naturales,
abarcando las "dimensiones" material, abstracta, mental y espiritual,
se vuelve espiritual, razonable y "neopositivista", al encontrar
soluciones e interpretaciones simples y
sencillas, basadas en el conocimiento desde los ámbitos de las causas.
Las
leyes de fácil entendimiento, las leyes del macro-mundo físico, mundo inanimado
y animado, tienen al hombre casi hechizado o fascinado a tal punto, que es
incapaz de zafarse de esta esclavitud. Estas leyes reclaman el predominio de la
conciencia regida por ellas durante millones de años de vida evolutiva, lenta y
dura por el carácter súper vivencial de la especie,
El
hombre primitivo de la selva y/o la caverna, guiado en su vida por el instinto animal, era plenamente apegado
a la materia, en la cual veía toda su realidad existencial, hasta que un día
despierta a la curiosidad, a la inquietud, en fin, al interés de indagar y de
entender algo más. Entonces brotan de su mente conceptos e hipótesis, al
principio vagas y faltas de sentido
lógico, y más tarde nace la idea del "bien y el mal", la que traslada
directamente a su percepción sensual. Esta clase de juicio lo mantiene
esclavizado durante interminables milenios y acondiciona la mente del ser
humano primitivo, y como una herencia prosigue esquematizando y mecanizando
todo el entendimiento del "homo sapiens".
La
mente primitiva no es capaz de percibir ideas abstractas, por lo tanto ve en
todo lo que le rodea la lucha sin cuartel entre el bien y el mal, entre las
fuerzas positivas y las negativas, las que finalmente personifica, dándoles
nombres de Dios y Satanás. Su realidad personal y objetiva lo lleva a ver el
bien sólo y exclusivamente en los hechos que lo afectan positivamente en lo que
se refiere a sus deseos, su vida y sus intereses. No siendo capaz para ver la
otra cara de la moneda, o sea la causa que actúa desde otra dimensión, con la
finalidad exclusivamente evolutiva para el ser espiritual, sus criterios
resultan siempre equivocados, siendo subjetivos y limitados. El hombre ajusta
su vida y su filosofía (si tiene alguna), a lo mental, por ende irreal, en el
caso de la ignorancia de la realidad trascendental de la vida y sus causas.
Volviendo
al tema, para sintetizarlo, diremos que realmente resulta difícil para el ser
humano, con la conciencia limitada únicamente por lo material y sensorio,
entender y aceptar el concepto de la realidad espiritual o trascendental, en
la que coexisten dos substancias, la sutil y la grosera, la esencia y su
manifestación, lo invisible y lo visible. En este campo resulta aparentemente
inaceptable la idea de la unidad, que a la vez es multiplicidad manifestada y
diferenciada. Este hombre no es capaz de asociar en su mente material "el
cielo" y "la tierra", pero una vez madura su conciencia
primitiva, que nada veía y percibía de lo trascendente y universal, llega, a
través de la "magia" del amor y el conocimiento adquirido, a vivir
simultáneamente, plena y conscientemente las dos dimensiones a la vez, la
espiritual y la material, porque en su mente ambas conciencias se funden en
una. Las diferencias pueden manifestarse solamente para él a causa de
diferentes grados de la vibración de la substancia cósmica con la que entra en
contacto.
El
nivel al que hoy ha llegado la física atómica, como ciencia teórica y a la vez
empírica, justifica plenamente estas previsiones arriba mencionadas. No es
ésta una filosofía hipotética, sino una realidad que se nos presenta con todo
el poder innegable de la verdad real y eterna. Lo hemos presentado en base de
los hechos y un análisis lógico y consecuente, que si contradice otras
creencias, los hechos no tienen la culpa. Al basarse el hombre en conceptos
rígidos y autoritarios, como son la creación instantánea del hombre, el pecado
original, existencia del mal con su personificación, la negación de la
evolución polivalente y universal, etc., llega a los resultados absurdos,
quedando desorientado, sin paz interna, sin la luz.
Este
estado de cosas, el descubrimiento del simbolismo del "Árbol del
Conocimiento" en nuestra búsqueda de la verdad, que el hombre primitivo
llama el árbol del conocimiento del bien y del mal, en la realidad es el
primer paso hacia el camino de la evolución espiritual. El hombre ignorante de
la ley universal de la evolución, comienza a ver en esto "un pecado
original". Y nosotros todo lo contrario- lo llamaríamos "el mérito
original", nacido del hambre del conocimiento, de la futura ciencia,
porque "comiendo", disfrutando del primer fruto de su inteligencia,
guiada por el libre albedrío y no por el instinto, además el producto de su
conciencia naciente, este hombre primitivo, recién despierto a la vida del homo
sapiens, siente la satisfacción por el descubrimiento de su personalidad. Del
animal inconsciente se transforma en un ser humano. Se da cuenta, con la nueva
experiencia, que dispone de la libertad para elegir su camino.
Claro
está que, con esta percepción pierde su pureza original, angelical e inocente,
su estado de vida plena dentro del cumplimiento de las leyes naturales, y esto
provoca el estado de continuas equivocaciones por falta de experiencia, la que
lo traslada al camino del sufrimiento. Cada tanto se "quema", pero a
la vez aprende, acumulando las lecciones. Pero ese es el único modo para
evolucionar, al principio dentro de un estado de semi-consciencia, conducente
al fin a un estado de la conciencia plena.
Es
evidente que el autor del Génesis no ha podido presentar en aquel tiempo el
cuadro como lo hacemos ahora, entonces ha optado por una parábola en la que se
habla de la serpiente (antiguo símbolo de la sabiduría) y de la manzana
prohibida, ofrecida al Adán por la mujer Eva. Las interpretaciones siguientes
han agregado un elemento de la sensualidad o del sexo, por lo que han deformado
el simbolismo real.
En
el momento actual la humanidad se encuentra transitando por un dramático
período de transformación, en este caso actúa la ley universal encargada de despertar
en el hombre el deseo del mayor conocimiento, del conocimiento científico
unificado, ganado con su propio esfuerzo, con el sufrimiento y sudor.
Actualmente
el hombre ha descubierto el origen de enormes fuerzas potenciales de la
naturaleza: la energía del átomo. Esto lo coloca ante la dramática disyuntiva
del terrible peligro del mal uso de ésta. En tal caso aprenderá que sin Amor, y
carente del conocimiento de la
Verdad espiritual, la vida no puede proseguir; le faltará
Armonía. Siendo así, el hombre se castigará a sí mismo y esto finalmente hará
volver al amor y la Armonía
en todas manifestaciones de la
Vida. Hay quienes enseñan que Dios juzga y castiga, cuando el
hombre mismo, sufriendo lógicas consecuencias de sus propios actos libres, en
desarmonía con las leyes de la creación, es su propio enmendador.
Las
filosofías y las religiones, que no han conseguido, que se realizara el Amor en
el ser humano, desaparecerán para ceder lugar a la única y eterna Religión
Cósmica, que con el Amor realzado hará comprender lo Supremo, lo Divino a
través de las verdades universales, eternas y perfectas de la Naturaleza misma,
porque ella es la manifestación del Espíritu Omnímodo.
El
hilo muy fino, a manera del "cordón umbilical", que al principio,
casi inapreciable, ya estaba para comunicar al hombre primitivo, con su parte
espiritual, trascendente, empieza a "ganar grosor'”. El hambre del conocimiento
empieza a tentar al hombre, y al correr el tiempo, a través de las edades
incontables se están cristalizando los tres reinos del espíritu, el del Amor, la Verdad y la Vida. La personalidad
humana "horizontalizada" en el mundo de la materia, empieza a
"Vertical-izarse", formando una cruz. El Conocimiento escalando
niveles evolutivos a través del análisis y seguidamente síntesis, está llevando
todo el Conocimiento a la unidad en el Reino del Espíritu, formando el
Triángulo del Amor, la Verdad
y la Vida. La
Triada espiritual vuelve a la
Fuente del Todo.
El
ensanchamiento del Tronco del Conocimiento trae la expansión de la Conciencia, y a la vez
observamos el "milagro" en el ser humano, porque cuando la Conciencia material
"sube", la espiritual "baja". El conocimiento científico de
la materia, cuando finalmente se interna en el micromundo del átomo, descubre
allí lo abstracto, que es el atributo del espíritu que empuja a la materia, y
esto eleva al investigador hacía la Fe Superior, la cual de esa manera
"baja" hacia la materia, iluminando al hombre de ciencia.
Los
tres principios, el Amor, la
Verdad y la
Vida, encerrados dentro del Triángulo de la Manifestación de la Esencia Creadora,
que es simbolizada por el círculo mayor, el Todo y el Uno, la Protocausa, (con un
círculo y su punto central), al igual de un globo lleno de gas liviano, y
asegurado con un hilo llevado por la mano de un niño, ya no flota, sino que
comienza a formarse y ensancharse el sólido tronco del conocimiento. Pero a la
vez observamos algo insólito, y es que al aumentarse el volumen de ese tronco,
se achica su altura, aproximándose las dos partes que distanciaban lo
espiritual y lo material, para finalmente concatenarse en un sólo círculo del conocimiento
Espiritual y Universal, al cual se integra unificado, cumpliéndose el milagro,
que ya no establecerá el ser la diferencia esencial entre lo espiritual y
material, conformando en esencia y presencia de la realidad, la manifestación
del Principio de la vida Cósmica, que es AMOR, VERDAD y VIDA.
El
error, el que por ignorancia el hombre llama pecado, ante el milagro del Amor
Crístico, deja de existir, pasando entonces el ser a constituir los elementos
esenciales e indispensables para el ensanchamiento de la conciencia, o sea del
tronco del conocimiento, que al unir la conciencia material con la superior,
transfigura al hombre en el Nuevo Superhombre angelical de base 6 con tendencia
a 7. Lo que antes del proceso de la involución fue un puro ser angelical en su
manifestación fuera del tiempo y espacio, el que podríamos llamar también un
"átomo simiente ahora vuelve, al Padre" como un Nuevo Hombre
angelical, manifestado en la materia y..plena-mente consciente de su Divino origen.
De
esta manera, a través de los escalones evolutivos, al despertar en el
"Adán" el deseo del Conocimiento del Misterio de la Vida, de su belleza, todo
simbolizado en el Génesis por la
Eva, la generación inteligente se eleva espiritualmente, se
ensancha el tronco, se acercan las dos partes opuestas que estaban
"reñidas", y finalmente, evolucionando la ciencia en el hombre a
través de las manifestaciones intelectuales, llega hacia la parte superior del
Conocimiento Unificado, o sea hacia la Ciencia Universal,
Cósmica, la Divina
de la Creación.
Este
hombre no necesitará más el lenguaje de los mitos, metáforas y parábolas, pues
su Conocimiento Unificado le revelará la Verdad inalcanzable antes por las limitaciones
de la inteligencia del "homo sapiens". El solo enunciado de una idea
o de concepto unificado le bastará, pues la Verdad polifacética y real, como un rayo de luz,
iluminará su mente, que sabrá reflejar en su conciencia unificada lo eterno y
lo perfecto a través del lenguaje divino en todo lo manifiesto por que lo podrá
leer.
A
este hombre reconoceremos como a un recién iniciado en el camino ascendente de
una larga espiral evolutiva de luz Crística, porque la evolución en el hombre
parece seguir también a los principios naturales de la ley de los cuento en el
átomo. Al aumentar el caudal energético de "la población" de los
electrones, el átomo emite por saltos una emisión diferente, que recibe el
nombre "la estimulada". La crisis entre los hombres, que, llamamos
apocalíptica, o sea dictada por las leyes naturales, provoca "la emisión
estimulada", constituida por los seres más evolucionados, o sea que serán
portadores de mayores energías del Amor Universal, y serán proyectados para
pasar a la Nueva Era.
Los seres del nivel energético inferior, quedarán "rezagados" en sus
bajos niveles, con la necesidad de ser separados, para que sus almas pasen a
concebir nuevos cuerpos, pero ya en otros planetas de nivel vibratorio en
sintonía con el de ellos.
La
Ciencia Divina abarca
todo lo Creado, y no puede excluir o marginar nada, sino contempla y ve como
dentro de las Leyes Cósmicas todo vibra en constante relación mutua, pues
esencialmente no existe la división concebida por el hombre, quien ve lo
espiritual y lo material como cosas diferentes y separadas, pero dentro de su
esquema mental, porque carece de la conciencia de la unidad.
Esta
división más aparente que real, ha sido creada o admitida por las leyes
inferiores de la materia grosera. Existen niveles superiores de la materia más
sutil o etérea. Esta ha sido una consecuencia lógica de la ley de evolución
manifestada dentro de inferiores pasos, con la finalidad de obligar al hombre a
que descubra por sí mismo que esencialmente la realidad está plasmada y constituida
por varias dimensiones, escalonadas a través de diferentes planos de
frecuencia, cada vez más alta, más sutil y más diáfana.
De
esa manera vemos como la ciencia humana, y en especial la física atómica, a
través de sus genios, ha salvado este umbral de separatividad, haciendo sus
primeros contactos conscientes con lo abstracto, con lo incognoscible, que no
hace tan lejos, fuera negado por los racionalistas y hoy es aceptado por los
máximos científicos que en sus interpretaciones de la Natura se basan en las
fórmulas de la matemática superior, abandonando los conceptos de los modelos de
la física mecanicista, basados en la percepción ilusoria y engañosa de los
cinco sentidos.
El
hombre primitivo, que vivía y aún vive en las selvas, así como también la mayoría
que está vegetando en los desiertos de cemento de las modernas metrópolis, da
nombre de Dios no al Ser Abstracto, entonces, desconocido a nuestra percepción
física, sino a un antropomorfo.
El
homo sapiens negó y sigue negando lo divino como la causa sin causa, como lo
inexplicable de la Creación,
que ha sido inteligentemente concebida y después gobernada. Pero el hombre
nuevo, el Superhombre, basándose en la Revelación Científica,
elaborada pacientemente en base de las investigaciones, pero también a la vez
inspirara a los científicos puros, guiados por el amor al prójimo, inspirada
desde lo Alto, encontrará a este ALGO que eternamente existente como lenguaje
secuencial y arquetípico, y a quien puso el nombre simbólico: DIOS. Así será,
porque lo encontrará en su propio interior, al conocerse a sí mismo; encontrará
en su propio Espíritu, porque sabrá que
él mismo es parte del Gran Espíritu de la Vida Cósmica, y de
que él mismo es también "el pequeño desconocido", que es un pequeño
Dios. Así será, porque se dará cuenta de la verdadera Verdad, y la realizará,
ya que no es otra cosa que el Principio del Amor que se manifiesta a través de
él mismo y por él mismo.
Así
es y así será, porque así lo anunciaron todas las Revelaciones, tanto de los
Mensajeros de lo Alto, como también los descubrimientos y enseñanzas de los
filósofos intuitivos. Y la fe basada en la lógica espiritual y finalmente la
última revelación hecha por la
Ciencia, que al anunciar estas verdades básicas e
inmortales, ha llegado al mismo punto central, al núcleo de la Verdad Cósmica.
Todo
se funde en un sólo círculo, porque es TODO y UNO. Las dos partes aparentemente
aisladas en la mente del hombre, formando de esa manera el árbol simbólico o
metafórico de la Biblia,
equivocadamente interpretado, volverá a formar un y único Gran Círculo del conocimiento
Universal, Perfecto y Eterno. Todo concepto de separatividad, será borrado de
la mente, porque es engañoso e ilusorio, siendo una creación artificial y
artificiosa de la mente primitiva, imbuida dentro de la conciencia material,
que solamente podría constituir una muy reducida parte de la Conciencia Universal.
La
ciencia del siglo XIX no trataba de resolver problemas metafísicos, pues se
decía que la ciencia estaba en su infancia, y que el siglo XX se encargaría de
resolverlos. Pero ahora comprendemos
las limitaciones de la ciencia. La ciencia puede hacer todo en favor del
hombre" "excepto formarlo. Así la tarea de la humanidad consiste hoy
en descubrir una manera de formar hombres, y todos sabemos que la
ciencia no nos va a mostrar el camino. Por eso hay crisis de la juventud
y rebelión de los jóvenes contra los medios científicos de determinación
humana.
Pero nosotros decimos que no puede haber otro
camino que precisamente el científico. La ciencia debe y va a señalar el camino
para la formación del hombre.
La Ciencia del Tercer Milenio se va a hacer cargo de la
demostración científica de que no existe la separación de lo material y laico
de lo trascendental, espiritual y religioso. La conciencia material y
espiritual formará una sola conciencia cósmica en el hombre del futuro, porque
la evolución de la intuición, del aspecto creativo de su mente, liberada de los
dogmas religiosos y científicos actuales, la evolución plenamente revolucionaria
de los medios de investigación científica, de los conceptos, que seria unificados,
amen el conocimiento de las leyes elementales y más generales de la creación,
que formarán base sólida para el desarrollo del progreso científico
polivalente, esto último en base de los descubrimientos inspirados o
directamente revelados a través de los sentidos del espíritu, todo esto
posibilitará el progreso armonioso de la ciencia física y tecnológica, como
también de la sociología y finalmente la formación evolutiva del hombre nuevo.... A TRAVES DE ESTE NUEVO EVANGELIO.