A las 16.00 horas del día sábado 05 de enero llegábamos al punto marcado entre las serranías de nuestro suelo guaraní.
Ante el asombroso paisaje, nuestros ojos no se resistieron e invitaron a nuestros pies a caminar entre picadas y cerros, respirando la magia que solo un bosque puede regalar con sus colores, aromas y sonidos.
Alimentamos nuestro cuerpo con la brisa fresca que regalaba el lugar y con las frutas de estación que las hermanas Marité y Marta prepararon amorosamente esperando nuestra llegada.
Sentados sobre el fresco césped se dio el preámbulo a lo que sería un significativo encuentro.
El sol iba dando paso a la noche y el cielo parecía indicar que una lluvia se avecinaba…
Se encendió el fuego y con él nuestras mentes y nuestros corazones al unísono danzaron con los 4 elementos de la creación, para que a partir de las 21.00 horas el elemento aire refrescara la cálida noche y disipara todas las nubes que ocultaban el manto estelar.
La conversación de las experiencias vividas por los hermanos durante esa concatenación de mentes se extendió hasta las 23.00 horas, hora en que se dio el espacio para compartir la mesa con semillas y frutos que la misma naturaleza del lugar.
Con la convicción de que nos aguardaba una gran noche, ascendimos al cerro, nos envolvió el húmedo aroma a madera y el sonido de los animales nocturnos.
Ya a medianoche, en lo alto del cerro, y entre hermanos, se conectaron la tierra, el aire, el fuego y el agua al rayo para que la señal de la tierra llegue al cielo a través del éter; la entonación del quom, abría nuestros
corazones y en la mente se dio al contacto. La mente siente, el corazón vibra, la conciencia se abre, dice el maestro Soser, no hay mayor certeza de palabras para que la presencia de nuestro hermanos mayores se manifieste el regocijo que trajo la presencia, se sintió a nivel interior con un regocijo que con palabras humanas es difícil describir, las ganas de reir, de llorar, de gritar…El cuerpo experimentó una vibración extraordinaria, quería volar! y el ojo interno captó aceleradamente la
imagen de flotillas dispersas en el cielo. A los ojos físicos fueron las estrellas fugaces y el espectáculo de la luna que se abría a la figura de una dama los mejores regalos dados por los hermanos mayores.
Noche intensa y brisa fresca. Hermosa combinación que indujo a disfrutar de todo aquello hasta horas de la madrugada.
No hubo descanso, porque el cansancio no se dio debido a la energía absorbida. Compartimos el mate de la mañana, el suculento desayuno y regresamos a la cima, El sol de pasadas las 09.00 horas resplandeció como nunca y el elemento aire marcó fuerte su presencia donde la tierra, el aire, el fuego y
el agua hicieron presencia acompañando al sonido del quom. Las experiencias vividas a los ojos de la conciencia fueron maravillosamente sorprendentes y el regocijo de la unión de mentes y corazones se abrieron a un fuerte abrazo entre hermanos dando fin al comienzo de la re-unión de la gran familia que acude al llamado del León de la Tribu.
Francisco de Asís decía comienza haciendo lo que es necesario, después lo que es posible y de repente estarás haciendo lo imposible. Esta es la familia, la verdadera familia, que UNE a sus componentes para FORMAR el tapiz NECESARIO que dará lugar a la expansión del NUEVO EVANGELIO. Gracias Amado Padre-Madre porque ESTÁ HECHO y el AMOR, la ARMONÍA y AFINIDAD, es manifiesta para tu Gloria.
Maria Cristina Cristal.
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