Querida Maria Edylsa.
Nada en el universo se destruye; todo se esta transformando
mediante los siete principios universales que regulan del cero al uno toda
manifestación existencial sublime o densa. En este océano “El Todo” donde
sumergidas se encuentran las individualidades aparentes, todas de alguna manera
se nutren del aparente vacío que verdaderamente no existe.
Nuestro cuerpo de igual manera no se escapa de este sistema
que regula los niveles de las manifestaciones “Como es arriba, es abajo” en el
interior del setenta coma ocho por ciento de agua que estructura nuestro océano
interior, existe una inteligencia arquetípica que opera mecánica-mente y
ejecuta electrónica-mente un sistema
regenerador en los niveles que competen a los cuatro cuerpos.
Este sistema del cual te hablo es reconocido por la ciencia
de este planeta en el área de la medicina, como el “Sistema Retículo Endotelial”
conjunto de células, que como cardúmenes viajan por todo el organismo
detectando toxinas para crear los posteriores anticuerpos que las irán
eliminando fuera del cuerpo. Este sistema trabaja en el campo de las
manifestaciones físicas de manera mecánica y electrónica pudiendo también ser
direccionado consciente-mente desde lo sublime que enfoca a través de la mente
esta inteligencia regeneradora en cualquiera de las distintas dimensiones
citadas; sea de cualquier parte: órgano, módulo sección, cableado de los cuatro
cuerpos que hacen a la estructura del ser humano.
Los endocrinos: pineal, silla turca, hipófisis o cualquiera
de los órganos, reitero, partes componentes que hacen al cuerpo pueden ser
completa-mente regenerados cuando a través de la disciplina se logra despertar
en el ser humano su capacidad ociosa hasta ahora de la inteligencia espiritual,
capacidad que permite desarrollar una lectura comprensiva del nivel sublime en
el cual desde esta inteligencia se puede hacer que absolutamente todas las
cosas sean hechas nuevas.
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