EL VIENTO SOPLA DE DONDE QUIERE, Y OYES SU SONIDO;MAS NI SABES DE DONDE VIENE Y A DÓNDE VA; ASÍ ES TODO AQUEL QUE ES NACIDO DE LAS AGUAS Y DEL ESPÍRITU.
JUAN cap: 3/8
“No se adapten mas a la forma del mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de la mente.” Romanos 12:2
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lunes, 16 de abril de 2012

EL ANHELO DEL CREADOR



Desde el principio, Dios tuvo un propósito: que el hombre recuperara por completo su comunión con El.
Jesús-compenetrado por “El Cristo” fue la respuesta a ese anhelo.
A través de los años, todos los mensajeros formaron parte del programa de evangelización, donde al mismo tiempo captaron partes de ese gran propósito y lo incluyeron en sus escritos.
Por lo tanto, a lo largo de este regulador de la humanidad llamado La Biblia, desde el tiempo de la Creación hasta el nacimiento de Cristo, encontramos que los escritores hacen alusión a este propósito mesiánico. Apocalíptico y milenario, donde el programa espíritu santo- Cristo vivo; es el tema central.
Abraham vio su reflejo en Melquisedec, Rey de Salem.
Jacob lo llamó Silo.
Para Moisés, era el Cordero Pascual y El Levantado.
Para Josué, era el Capitán de Nuestra Salvación.
Ruth lo vio como el Pariente-Redentor.
Samuel lo describió como Nuestro Rey.
David lo llamó el León de Judá y el Buen Pastor.
Para  Salomón era el Amado.
Esdras y Nehemías lo describieron como nuestro Reden­tor.
Para Ester era Nuestro Abogado.
Job dijo que era mi Redentor.
Isaias lo describió como un sirviente sufrido.
Jeremías lo vio en el torno de alfarero.
Ezequiel lo llamó el Hijo del Hombre.
Daniel lo llamó el Príncipe y la Piedra Aniquilante.
Oseas lo comparó a un novio que redime a una esposa deshonrada.
Para Joel era el Restaurador.
Amos lo vio como el Labrador Celestial.
Para Abdías era el Salvador .
Joñas lo vio como la Resurrección y la Vida.
Miqueas lo llamó Testigo.
Para Nahum era una Fortaleza en un Día de Tribulacio­nes .
Habacuc lo describió como Dios de mi Salvación.
Para Sofonías era el Señor Celoso.
Hageo dijo que era el deseado de Todas las Naciones.
Zacarías lo llamó la Rama Justa.
Malaquías lo declaró Sol de la Justicia. Y Juan el Bantista clamó:   “Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”.
En la lectura del Antiguo Testamento, se alza en el horizonte de la historia Una Persona a través de la cual Dios establecería su reino en la Tierra: Jesucristo.
 Miqueas dijo que nacería en Belén.
Isaías declaró que nacería de una virgen y que se llamaría Emanuel. David e Isaías dijeron cómo moriría y Job anunció su resurrección. Otros señalaron que lo presentaría un profeta extraño, como Elías, que obraría milagros, que hablaría en parábolas, que sería rechazado por los poderosos, que sería un pastor encarnado, un varón de dolores, que entraría en Jerusalén sobre el lomo de un asno, que lo traicionaría un amigo por 30 monedas de plata, y que se dejaría conducir como un cordero al sacrificio.
Moriría con los malvados. Sus manos y pies serían horadados. Ni un solo hueso de su cuerpo se rompería. Echarían a suerte sus vestiduras. Permanecería en la tumba tres días, resucitaría de entre los muertos y ascendería al Cielo para sentarse a la derecha del Padre.
David, Isaías, Daniel y Jeremías profetizaron que el Mesías ofrecería una nueva alianza a Su pueblo. Enviaría al Espíritu Santo. Su reino sería para los gentiles, universal, y no tendría fin.
Todo esto se escribió cientos de años antes del nacimiento de Cristo; cuando nació el Salvador, aparecieron los ángeles a los pastores en las colinas, diciendo que traían buenas nuevas que producirían regocijo.

EN ESTE PRESENTE APOCALÍPTICO EL PROGRAMA ESPÍRITU SANTO ESTA EN LA TIERRA.
EL CRISTO QUIERE NACER EN LAS AGUAS DIAMANTINAS.

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